Lucila Uribe de Ruiz, mi madre, nació en 1928 en San José de la Montaña, Con la prematura muerte del padre, su madre, prima hermana de la maestra Débora Arango, decidió trasladarse a Medellín.
Soñaba con aprender a pintar, compró su estuche de óleos y cuando iba a comenzar sus clases, decidió casarse, vinieron los hijos y cada vez aplazaba su intención de pintar, murió su esposo (mi padre), muy joven, de 52 años, Yo la invité a asistir a mi taller donde impartía orientación pictórica y se negó, mil disculpas.
Murió el hijo menor que vivía con ella, con el apoyo de una hermana, logramos que aceptara empezar a pintar, tenía 67 años, el grupo al que la integré era muy avanzado, en la primera clase fue un fiasco, no tenía idea de dibujar, yo sabía que ella quería era pintar y simplemente hice una evaluación de su nivel; muy bajo, lo cual no me preocupó, en la segunda clase, la esperaban un bastidor y demás instrumentos, la asesoré en la escogencia del tema rural sencillo, que sorpresa, los colores empezaron a correr como si hubiera pintado toda la vida, la inteligencia artificial fue un gran auxilio para suplir sus vacíos en el dibujo, sin embargo en tiempo libre dibujaba, la pintura la absorbió, su cuarto de costura se volvió taller, participó en varias exposiciones, realizó una individual en la biblioteca médica de la universidad de Antioquia, inaugurada por el rector del Alma Mater, sorprendía con su soltura pictórica, fueron cientos los lienzos que pintó, se inclinaba mucho por los temas con castillos, los últimos 6 años no quiso volver a mi taller, se liberó de los temas concretos y empezó a crear flores imaginarias, sus últimos años pintó poco sobre lienzo, decía que ya nadie compraba y no tenía donde colgar sus obras y empezó a pintar imágenes en yeso, vírgenes, ángeles, animales, pintó en total 36 años, hasta 20 días antes de morir el 2 de julio de 2021.
Por: Pascual Ruiz Uribe, pintor