Cierto es, que Colombia no ha sido gobernada por Militares, a consecuencia de un golpe de estado, sino durante cuatro años en el siglo pasado, con un sistema político que presenta los rasgos de la democracia clásica, elecciones dentro de los plazos fijados por la ley, donde se eligen congresistas, diputados, concejales, gobernadores, alcaldes, que representan a los diferentes partidos y movimientos políticos, con una separación de los poderes, ejecutivo, legislativo, y judicial, con libertad de expresión y de organización sindical, para el ejercicio de la huelga, a excepción de los servicios públicos y la protesta social.
Resaltar el surgimiento en los último años el crecimiento de los movimientos sociales reivindicatorios, paros cívicos, marchas campesinas, tomas de espacios públicos, taponamientos de vías, protestas universitarias, movimientos para exigir del gobierno de turno la prestación o mejora de servicios públicos, presupuesto para la educación, mayor atención hospitalaria, ejercicio ciudadano que se sustenta en exponer las necesidades urgentes de las comunidades, independientemente de sus alinderamientos políticos.
Lo planteado significa que bien o mal se tiene una democracia viva, en proceso de renovación, que se debe cuidar frente a los intentos de ser asaltada por sectores que solo buscan desestabilizar la institucionalidad, de allí que es imprescindible cuidar la libertad de prensa, en el sentido que no hay censura oficial, la libertad de cátedra, sindical, el pleno derecho a disentir, como presupuesto básico en un estado de derecho.
Ahora bien, cual es la razón para que todavía se continúe con la violencia guerrillera con una guerra sucia que se incrementa continuamente, porque de seguir así, el país se verá arrastrado a una confrontación generalizada, de costos catastróficos en términos de vidas humanas y de bienes materiales, movimientos insurgentes que no triunfarán en este conflicto presente, pero si no se da una política coherente para enfrentarlos por parte del gobierno, será imposible erradicarlas por completo con seriedad y decisión institucional.
Pareciera ser, que ni el gobierno, como las demás fuerzas representativas de la sociedad son conscientes de la gravedad del momento, puesto que repiten las dificultades actuales, pero proceden como si no pasara nada, más dedicados a las confrontaciones estériles, con insulsos debates parlamentarios, carentes de fondo ideológico y social, más dedicados a lo mediático, que nos hace añorar los Congresos de antaño, con ciudadanos de altísimo nivel cultural, político y jurídico. Eran otros tiempos , como otra clase política.
Estas ideas tienen una conclusión, recordando al maestro Estanislao Zuleta, “la mezcla explosiva de democracia y guerra sucia en que vivimos puede resolverse todavía a favor de la democracia“.
ADENDA UNO. “La democracia es el peor de los sistemas de gobierno con excepción de todos los demás”.
Esta tesis que corresponde a Churchill, consiste en que todos los regímenes o sistemas políticos son malos, pero el menos malo es la democracia, no siendo perfecta, al menos no es posible concebirla entre seres humanos, pero aún así es el momento de preservarla y tratar de fortalecerla, siendo este el llamado al gobierno y dirigentes políticos que deben actuar en la búsqueda de soluciones al impasse político social que se vive en la actualidad.
ADENDA DOS. El momento político trae consigo un interrogante respecto a las posibles implicaciones legales en la postulación del ex secretario del senado, claro exponente de la clase política para integrar la terna a la Procuraduría General, sin que se hubiera inscrito a la convocatoria pública para dicho cargo expedida por la Presidencia de la República.
Sin duda se trata de una estratagema presidencial, acolitada de inmediato por la mayoría de los partidos y movimientos, sin que se analizara las eventuales consecuencias jurídicas al vulnerarse un procedimiento reglado de antemano.
Se está convirtiendo en regla general el desconocimiento de los procedimientos preestablecidos por los mismos entes gubernamentales que nos hace concluir que el estado de derecho es solo un principio jurídico no acatado por quienes tienen la obligación de hacerlo.
Será la jurisdicción contenciosa la encargada de dirimir este entuerto legal en el evento de instaurase demanda ante su elección ya cantada por la mayoría senatorial, en términos razonables y no con decisión al vencimiento del periodo.
Al parecer igual procedimiento se efectúo por parte de la Corte Suprema de Justicia en la elección de una magistrada del Consejo Superior de la Judicatura, sin que la misma estuviera en la lista de los preseleccionados.
El mal ejemplo cunde.
ADENDA TRES. Hace un año se convirtió en peregrino de la eternidad el jurista, el humanista, el colega, el amigo, Hernando Yepes Arcila, quien brilló con luz propia, dejando huella de su calor humano, sentido de pertenencia, magistrado de lujo, reserva moral, virtud en extinción en esta sociedad.
Fecunda y ejemplar la vida suya, hoy tocada por la lumbre de los símbolos puros.
Justo homenaje el que se le rindió la semana pasada en la ciudad de Manizales, con diversos actos académicos.
La bandera de la amistad continúa aún a media asta.
Por: J.Ferney Paz Q – Exmagistrado