Una verdad de apuño la total ausencia de verdaderos lideres, como tema universal, no escapando Colombia a esa realidad, personajes de carácter y coherentes en sus posiciones, características del pasado, cuando la política partidista se hacía de forma diferente a la de hoy, a los Concejos municipales llegaba lo más granado y selecto de la municipalidad, sin honorarios, prebendas, burocracia, contratación, factores que han permeado las funciones de estos voceros municipales y distritales, la sana política se volvió difícil ejercerla en Colombia, donde los ciudadanos honestos, capacitados la evitan, abriéndole el camino a una dirigencia azarosa de dudoso cuño que vienen ejerciendo esas representaciones, como gobernando en los entes territoriales a través de áulicos, donde lo que menos les interesa es el desarrollo colectivo, con la frustración de no notarse un cambio por lo sucedido en las pasadas elecciones del 29 de octubre, ratificándose la falta de una real ciudadanía al volver a elegir a los mismos que se cuestionan.
El país debe replantear los liderazgos, tomar conciencia de la importancia del ejercicio democrático en estos momentos en que la política viene sufriendo un desprestigio tan grande como consecuencia de la corrupción que aqueja por esta época la sociedad colombiana, debiéndose entender por parte de la sociedad, que se requiere de esa política, pero la sana, la altruista para el desarrollo social.
En mora de fortalecer la democracia, la cual tiene dos formas de desarrollo: la directa y la indirecta o representativa, en la primera el pueblo asume la responsabilidad de decidir y aprobar las normas, en la segunda, por el contrario, le da la responsabilidad de elegir a sus voceros para que estos tomen las decisiones en materia de leyes y normas, pero para desfortuna esta última ha entrado en crisis, por los desafueros de algunos de sus miembros, la falta de coherencia , voceros cuestionados judicialmente con claros antecedentes penales que buscan la representación para tapar o continuar con sus tropelías.
Como la esperanza es lo último que se pierde, abrigamos la idea que en los próximos años podamos consolidar verdaderos lideres que contengan los ideales de la buena política y las verdaderas necesidades del pueblo colombiano.
Por ahora, recojamos la famosa frase de Joseph de Maistre (1753 – 1821) quien sostuvo que “cada pueblo tiene los gobernantes que se merece”.
ADENDA: El Consejo de Estado se ha pronunciado en fallo reciente sobre la pérdida de investidura de un senador integrante de lo que se conoce como pacto histórico por haber incurrido en doble militancia en la modalidad de apoyo, causal de nulidad electoral prevista en el numeral 8 del artículo 275 de la ley 1437 del 2011.
La sentencia en mención es ilustrativa, al definir la figura electoral de la doble militancia, tomada como un juego por la clase política colombiana en los certámenes democráticos.
Que no se diga por parte de esa agrupación que son objeto de una persecución política, de la politización de la justicia, cuando lo real es la evidente violación a sabiendas de las leyes y normas electorales por parte del senador de marras.
Lástima que solo opere la nulidad de la calidad de legislador, cuando a título de sanción debería ordenarse el reembolso de lo recibido del erario por ejercer un cargo con transgresión de la ley.
ADENDA DOS: ¿La verdad sobre la liberación del señor Diaz, rumores sobre un presunto pago?
Más pronto que tarde se sabrá la verdad de este triste episodio.
*Por J.F. Paz.Q Exmagistrado