Octava entrega: Participantes del 11° Encuentro de Escritores

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LEONOR GIL IBARGÜEN


Nacida en el departamento del Chocó. Poeta y escritora. Licenciada en ciencias sociales de la universidad tecnológica Diego Luis Córdoba, posgraduada de las universidades católica de Manizales en educación personalizada y pos posgraduada en de la universidad popular del Cesar como especialista en pedagogía ambiental. Defensora de las causas por la igualdad de los derechos para todos y todas, fue Secretaria general del Comité contra la xenofobia y discriminación. Integrante y Cofundadora del colectivo Mooma de Caldas, Antioquia.

Nostalgia mía
A ti abrigo nostalgia mía.
Mi más grande amiga entre cobijas y almohadas.
Como una piedra preciosa que se hace escasa,
te guardo en lo profundo de mi alma.
Lo dulce y amargo, lo rojo y lo blanco,
tu añoranza, el repique de campanas.
Ese viaje que amenaza, caricia sutil de la esperanza.
Tú mi otra vida del invisible mundo,
los sonidos del agua, ruido de los autos,
cada paso, la pelota, los tacones gastados,
la puerta entre abierta y también cerrada.
El café de la abuela, el pancito de cincuenta.
Los ayeres con sus gracias, el abrazo de los amigos,
el sonar de los ríos, el viento palpitante.
El ayer que añoramos siempre.
Los versos en las aceras, las caricias ajenas.
Nostalgia, por favor, pasa.

ISAAC CARO AMAYA

Nacido el 14 de agosto del 2006 (En Envigado). Hijo de Miguel Antonio Caro Gallego y Claudia Milena Amaya Ramírez. Recién graduado de 11. Arquero de Futbol, reconocimiento por ser buen bailarín y concursos de poesía ganados. Me gusta jugar video juegos, cantar, bailar, comer, ver películas, cocinar y pasar tiempo con mis padres y mi pareja.

¿Bailamos…?
Todos dicen que la vida es dura…
Y mírame, desde que llegaste bailo con la vida, en un eterno y hermoso vals.
Sosteniendo su mano derecha, con la más bella y sincera calma.
Y con mi mano izquierda en su cintura; cultivando sus placeres y emociones.
Mirándola fija y perdidamente en un mundo sin igual, en mi laberinto preferido y en
su campo de flores infinito; o en pequeñas palabras, sus ojos son mil lugares.
Viendo el reflejo de la luna en la sonrisa más pura.
Queriendo tener el mundo en mis manos… pero quién diría que lo tendría en cada
roce de sus dulces labios.
Teniendo entrelazados en mis dedos los hilos del tiempo pidiendo detener el
tiempo, en ese » rojo fuego » que hace arder mis grandes anhelos.
Juntando nuestros dedos, haciendo el mayor y perfecto enredo donde ningún » te
quiero » logra su salida.
En cada pieza que bailamos… Todo se vuelve cada vez más mágico; con cada
paso que damos mis problemas se quedan en el pasado; con cada latido de mi
corazón, más sale mi niño interior al resplandor; con cada abrazo quiero cuidar a
esa niña sin importar su pasado; y con cada giro elegante y al mismo tiempo
delicado mi mundo se convierte en el diamante más codiciado.

LIBIA JARAMILLO CARO


Desde sus 17 años comenzó a deletrear la historia de su vida, pasando de lápices a pinceles, el óleo marca su vida llevándole a grandes trazos de la pintura a la actuación fundiéndome entre bastidores, el teatro y las cámaras de cine y tv. Integrante del nocturno poético de La Estrella. También es integrante del Coro Voces Sierenses de la Estrella. Miembro del Colectivo Artístico Atenea de Caldas. “Seguiré buscando mi esencia en cada una de las experiencias de las historias escuchadas, contadas en cada alma que se cruce en mi camino… porque siempre
el arte será el alimento para mi alma”.

BESO SOLITARIO

Una mujer vestida de negro, solitaria por un bosque caminaba,
con sus ojos empañados por el llanto, y ahogando su dolor en un gemido,
de sus labios un lamento se escuchaba…
Dónde estará mi amor, dónde se ha ido…
¿dónde puedo encontrarlo? preguntaba,
y abrazada a un árbol… sollozaba.
Le dolía la ausencia de aquel hombre,
que con todas sus fuerzas amó, y aún amaba…
no podía olvidarlo… no podía sacarlo de su alma.
Divagando por caminos, circundados de árboles y hiedras,
esta triste mujer, su amor buscaba, pero nunca lo halló…
nadie supo decirle dónde estaba.
La luna era testigo aquella noche, de ese dolor profundo que llevaba,
esta mujer que entre sombras se perdía,
como alma sin corazón que agonizaba.
Entre llanto, lamentos y sollozos, esta triste mujer
tocó sus labios… y en ese mismo instante nació un beso…
un beso nació en esos labios sedientos…
un beso tierno de amor… un beso, solitario.
Solitario sí; porque no hubo otros labios para entregar aquel beso…
No hubo nadie que bebiera aquella noche, de esa boca sensual, la dulce miel
aquel beso.

Noche triste, noche fría, noche de labios sedientos, noche de un beso sin dueño.
Entonces esta mujer, que de negro iba vestida y con su corazón deshecho,
antes de morir de amor, dejó posarse sus labios sobre una marchita flor…
y a ella entregó su beso.

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