¿HASTA CUANDO ESTA GUERRA FRATRICIDA?

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Desde mediados de la década de los sesenta se crearon en el país grupos insurgentes que presentan distintos enfoques ideológicos, pero cuyo denominador común es la lucha contra el sistema, a diferencia de las guerrillas de la década de los cincuenta que luchaban contra el gobierno.

Una curiosa paradoja presenta la evolución de estos grupos que tanto dolor le vienen causando a la sociedad colombiana, que no es más que su incapacidad de adaptarse a las circunstancias históricas de entender el total fracaso de la lucha armada, como el camino para la realización de sus proyectos en la legalidad, como la búsqueda de reformas económicas, sociales y políticas, y, al parecer continuar creyendo en la eficacia simbólica de la figura del guerrillero y sus promesas de redención de la clase popular.

Un hecho cierto, esos grupos no triunfarán en el conflicto actual, pero no menos cierto lo es, si no se utiliza por el alto gobierno una verdadera estrategia, la que no se ha llevado con suficiente seriedad y decisión, con premisas claras por parte de sus negociadores, de no ser así la paz total que tanto se pregona será esquiva, y será mucha la sangre que se derramará en el territorio patrio.

Ahora bien, esos movimientos deben entender que no deben interpretar las treguas otorgadas como un medio para el fortalecimiento del movimiento armado y menos aún tratar de consolidar sus hegemonías en ciertas zonas de la geografía nacional como parece ser está ocurriendo en el Catatumbo donde ejercen una dominación antidemocrática, por decir lo menos, con una débil respuesta estatal.

Rechazar como sociedad civil la violencia guerrillera y la guerra sucia que a diario se incrementa, con una política de seguridad agresiva por parte del gobierno, que por mandato constitucional tiene la obligación de garantizar la vida, honra y bienes de sus conciudadanos.

Menos red X y más acciones de gobierno en estos momentos donde en un sector del territorio nacional reina el caos y la anarquía.

ADENDA UNO. A despacho del Consejo Nacional Electoral se encuentra una queja para inicio de una actuación administrativa que alude al cumplimiento de normas legales y jurisprudenciales por parte del partido Nuevo liberalismo y del movimiento político Dignidad liberal respecto a la utilización de los logos e identificación de los mismos frente al electorado, que coinciden con los históricos del partido liberal, pretendiendo con ello hacer incurrir en error a los ciudadanos convocándolos para hacer parte de dicha colectividad, como si aún fueran una movilización ideológica al interior de la corriente liberal, contrariando la ley y las instrucciones dadas por la Corte Constitucional y el Consejo Nacional Electoral.

Le asiste la razón jurídica al veedor del P. liberal historiador Llano Isaza en su petición, por cuanto se inicia la etapa preelectoral donde las organizaciones políticas deben identificarse unas de otras, tanto por sus ideologías, lo cual les concede la propiedad sobre su nombre y sus características que las hacen únicas e impiden que otras organizaciones la utilicen, como lo vienen haciendo de forma abusiva e ilegalmente estas dos vertientes de opinión ciudadana.

ADENDA DOS. El arte del gobernar no es más que la conducción de manera racional del estado, para la realización de los fines y objetivos planteados, donde el gobernante debe poseer en forma efectiva y eficaz las capacidades políticas suficientes “para controlar, maniobrar y estabilizar los ordenamientos que dan forma al cuerpo político“.

No puede ser buen gobernante quién reacciona con rabia a las críticas, exagerando sus logros, haciéndolos aparecer más grandes de lo que son, con delirios de persecución y grandeza, con patrones de desconfianza hacia los demás.

En el universo político nos encontramos con estos personajes, serán los lectores los encargados de identificarlos.

Por: J.Ferney Paz Q – Exmagistrado

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