Suena jocoso decirlo así, pero es verdad y no es engaño para nadie que lo que estamos viviendo hoy en todo nuestro territorio es el fenómeno más grande, y es la desbordada delincuencia que nos tiene azotados y amenazados, hasta más no poder.
Salimos hoy en día a la calle, preocupados por lo que nos pueda suceder, porque ante un ataque de un delincuente con arma en mano, no hay nada que hacer, los malosos se han tomado los negocios, la calle y las zonas donde el transeúnte cree que está seguro.
Continuamos esperando pacientemente las medidas necesarias para contrarrestar este mal, que sin duda no tiene cura, por parte de las autoridades, que lamentablemente no pueden estar en todas partes, pero sí tener, planes de contingencia, de contrainteligencias y de ataque fuerte a estas bandas criminales que se apoderaron de nuestros miedos y no nos dejan en paz.
Luchar contra el delito y contra la delincuencia es el deber de ser de la policía y es tener la fuerza necesaria para combatir el delito y que el delincuente, sea castigado severamente por los jueces, sin darle ventajas para que desde cualquier lugar siga delinquiendo; es poner mano dura desde la inteligencia y operar con la comunidad hacia la prevención del delito y así lograr mejor seguridad para todos los colombianos.
Es una razón que tenemos los ciudadanos de bien, para decir sencillamente que en nuestro país faltan medidas que den completa seguridad a los hombres de bien.
Por lo pronto pidamos que se haga el milagro y pedimos humildemente a la policía que nuestras voces sean escuchadas y se vean más en las calles previniendo los delitos.
Por Héctor Mario Hurtado Díez