A TIEMPO DE ATEMPERAR EL ALUVIÓN POLÍTICO

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A propósito del aluvión político que vive el país con la llamada consulta popular que ha polarizado la estructura social, las amenazas e insultos por parte de quién tiene la obligación constitucional de buscar la unidad nacional, las retardadas investigaciones de la Sala de instrucción de la Corte Suprema contra algunos miembros de la rama legislativa, los cuestionamientos a la Fiscalía General de la Nación por el protagonismo de sus investigaciones, la impunidad que se origina por los vacíos del mismo sistema penal acusatorio que permite que a las pocas horas de cometido un delito el infractor recobre la libertad, bien podríamos afirmar, que desde don Camilo Torres hasta hoy, la historia de Colombia se desenvuelve en medio de vicisitudes, con altibajos sociales, con enfrentamientos y discordias intestinas que han limitado el anhelo de un verdadero desarrollo social.

Que interesante sería, que sea el mismo gobierno en este último tramo del periodo constitucional el que amaine la tormenta política administrativa, que deje a un lado tanta soberbia institucional, que reconozca que se han cometido errores, que no se ha manejado en debida forma el presupuesto nacional, dinero de los contribuyentes, dignificando la actividad pública con funcionarios ajenos al escarnio público, con limpia trayectoria profesional y social, que reconozca la separación de poderes, donde el ejecutivo gobierne, el legislativo expida las leyes y la judicial investigue y falle.

Se está a tiempo para que el gobierno nacional aterrice y en lugar de estar preocupado por las movilizaciones callejeras, discursos en plaza pública, denuestos contra los opositores, en las encuestas de popularidad, debe darle una mejor lectura al panorama social del país, donde el orden público debe encabezar ese análisis, por cuanto una de las razones que justifica la democracia radica en que obliga a los partidos y a los gobiernos de turno presentar un pliego de rendición de cuentas a la sociedad.

No nos llamemos a engaño, el país no va por el sendero correcto, aunque desde la cúpula gubernamental sostengan lo contrario, afirmación que se sustenta en hechos que se denuncian a diario por los diferentes medios y que aluden: al desestimulo de los inversionistas que no se sienten seguros con las políticas fiscales, el campo y los agricultores abandonados a su suerte, las protestas del sector cafetero, el total descuido respecto a los miles de desplazados, el millar de desempleados que deambulan por las calles de las principales ciudades o dedicados a limpiar parabrisas, vender frutas o perros calientes al pie de los semáforos, la caótica política en salud, la educación pública al garete, la cascada impositiva que atenta contra clase media, siendo capítulo aparte el orden público, tema omitido por el presidente en su extensa e intimidante intervención del pasado 1 de mayo en la plaza de Bolívar, sin considerar el desordenado manejo de la política exterior, con nombramientos dejados sin validez alguna por la jurisdicción contenciosa, realizados para satisfacer compromisos partidistas.

Recobrar la confianza pública en los gobernantes, como en las instituciones, debe ser la tarea prioritaria en el futuro inmediato.

ADENDA UNO. Se discute en el Congreso el tema del transfuguismo, que de acuerdo con la Real Academia de la lengua lo define, como “volver a cambiar, mudar y chaquetear. “

Básicamente se expresa con ello una connotación negativa respecto de una persona determinada ante una situación dada y en política se caracteriza como “aquel que democráticamente elegido, abandona la formación política en la que se encontraba para pasar e engrosar las filas de otro partido o movimiento.”

La práctica del transfuguismo se ha convertido en un hecho cotidiano en la política regional como nacional, en donde sin rodeo alguno cambian de partido como si se tratara de algo que se compra y se vende, originando una titularidad de engaño, de añagaza frente al electorado que observa con perplejidad como se mercadea la política, comportamientos que bien pueden constituir una estafa política que afecta el sistema institucional de las naciones, por cuanto se está falseando la representación popular, que debe generar un rechazo de índole moral y social.

ADENDA DOS. La secretaria jurídica de la presidencia de la República, cargo de la mayor importancia en el engranaje institucional, por cuanto se encarga de estudiar, analizar y conceptuar sobre la legislación vigente, además de preparar y revisar los proyectos de ley y actos legislativos que el gobierno somete a consideración del Congreso, como asesorar jurídicamente al presidente.

Dicho cargo ha sido ocupado en el pasado por juristas, tratadistas de derecho, conocedores del mundo jurídico, abogados de reconocida probidad moral y profesional, Jaime Vidal Perdomo, Jaime Arrubla Paucar, hoy en manos de un nebuloso profesional a quien se le cuestiona su mal manejo comercial y profesional, deudor moroso para el pago de sus deudas personales, como el irregular ejercicio profesional, según denuncias de un medio radial.

Este cargo no ha contado con suerte en este gobierno, por cuanto fue ocupado al inicio del gobierno por quién hoy es denunciado por la forma irregular como fue ungido magistrado de la Corte Constitucional. Las consecuencias de un manejo ligero e irresponsable en la escogencia de los altos funcionarios estatales.

De allí que aboguemos por la dignificación de los cargos públicos.

ADENDA TRES. Desde la distancia nos unimos a las celebraciones aniversarias, de Sevilla, la del Valle del Cauca, que el pasado tres de mayo conmemoró un año más de existencia política administrativa, fundada en 1903 por un grupo de recios hombres antioqueños y caldenses encabezados por don Heraclio Uribe Uribe, hermano del inmolado jefe liberal Rafael Uribe Uribe.

Nuestro mejor homenaje, es recordar la última estrofa de su imponente y poético himno, no olvidado por el trascurrir de los años y que refleja la verdadera estirpe del pueblo sevillano.

“Un gran pueblo serás en la historia si
Prosigues la lucha tenaz y tus hijos en
masa compacta laborando por ti van en
paz. “

Por: J. Ferney Paz Q – Exmagistrado

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