Juan Eduardo Peraza
Edmundo González Urrutia ha sido reconocido como el legítimo presidente de Venezuela por una amplia mayoría de países democráticos en América Latina y el mundo. Sin embargo, este respaldo no puede quedarse solo en lo simbólico. Es imperativo que los gobiernos que han validado su autoridad den el siguiente paso: traducir ese reconocimiento en acciones concretas que contribuyan a restaurar la institucionalidad venezolana y atender a los millones de ciudadanos desplazados por la dictadura.
Una de las medidas más urgentes es la conformación de un Gobierno en el Exilio, con estructuras político-administrativas funcionales que permitan mantener la presión internacional, articular una estrategia de transición y, sobre todo, ofrecer respuestas inmediatas a la diáspora. Esta administración debe tener capacidad para emitir y validar documentos migratorios, como pasaportes y cédulas de identidad, que sean reconocidos en los países que lo han respaldado, honrando el apoyo democrático y evitando que los venezolanos en sus territorios queden a merced de un limbo legal.
Además, es crucial establecer instancias de gobernanza en el exterior, con representación formal ante los gobiernos aliados, facilitando la integración de los migrantes, la protección de sus derechos y la canalización de asistencia humanitaria. Modelos como el gobierno en el exilio de Bielorrusia han demostrado que, con estructuras bien definidas, es posible mantener operativa una administración paralela y generar políticas efectivas para la diáspora y la causa democrática.
La falta de medidas concretas puede traducirse en una pérdida de impulso y en mayores dificultades para los venezolanos en el exterior. De existir acuerdos entre el Gobierno en el Exilio y los países que lo reconocen, podrían evitarse o reducirse los impactos de decisiones como las tomadas por la administración de Trump, que afectan directamente a los migrantes. Esta es una verdadera prueba de fuego para que un presidente como Edmundo González pueda gestionar soluciones reales para los venezolanos dentro y fuera del país.
El reconocimiento internacional de Edmundo González es un paso fundamental, pero sin medidas tangibles que fortalezcan una estructura de gobierno operativa, la lucha por la libertad de Venezuela corre el riesgo de diluirse en la inacción. Es el momento de avanzar de las declaraciones al compromiso real.
Te invito a leer mis propuestas sobre este tema, aquí: https://alianzanoticias.com/venezuela-un-gobierno-en-el-exilio/
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