Escritos de los participantes del 11° Encuentro de Escritores

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SEGUNDA ENTREGA

AURA ECHEVERRI URIBE

Licenciada en Didácticas y Dificultades del Aprendizaje Escolar, maestra del corazón y publicista de profesión. Sus anteriores libros, “Cuentos de la Tradición Oral para Niños” y “Cuentos y Anécdotas de Lucila Piedrahita Moreno”, le abrieron al mundo de la narrativa en el que se ha comprometido con una juiciosa investigación de la tradición oral antioqueña.


RELATO: ARCESIO REGRESA

Hace diez años que Arcesio cortó el árbol de eucalipto. Quiere visitar a una prima que recién se pasó a vivir al edificio, donde él mutiló al árbol. Desea verlo con un follaje reverdecido y con pajaritos en sus ramas. Camina ilusionado, se dirige hacia la arboleda y busca al tronco que dejó con dos muñones en forma de brazos que parecían suplicar y un pedazo más arriba, que él consideró era la cabeza.
Se sienta en uno de los cuatro pequeños troncos cortados del mismo árbol y lo observa. Siente tristeza, el eucalipto no retoñó, no se ven hojas, al contrario, el tronco que esperaba renaciera, está aferrado a la tierra y muestra pequeñas grietas a lo largo del tallo, parecen arrugas. En la parte superior se observa la cabeza con una cortada hasta la frente y una cara con ojos escudriñadores y perniciosos, tiene la nariz perfilada, los labios belfos y habladores. En la mejilla derecha la huella de uno de los tantos machetazos recibidos y en la lánguida cumbamba, una luenga barba de hebras gruesas. Es una presencia triste. Los dos muñones permanecen, el de la izquierda, más corto, tiene su extremo astillado como si tuviera muchos dedos sumisos y pedidores. En la mitad del mismo, cuelga una rama seca en forma de soga, que se mece al vaivén del viento que pasa arrullador, pareciera que quisiera ensartar a alguien.
El muñón de la derecha se ve robusto, sólo que el verde huyó lejos y se vistió de colores cafés y grises. Sigue a la espera que nunca terminará: la de implorar al hombre, para no ser desplazado de donde la naturaleza lo vio nacer. Es un árbol que se resiste a caer.
Arcesio lo mira, lo detalla y llora, él quería que viviera y fuera uno más en la arboleda. Tenía que cumplir con su tarea, pero no fue lo eficiente que debía ser y le quitó la savia, el verdor y ahora es un fantasma que implora. A paso rápido se marcha, se dirige a la vivienda de su prima y en silencio limpia sus lágrimas.
Escrito por Aura Echeverri Uribe septiembre 24

CARLOS ANDRÉS GARCÍA JARAMILLO

Nacido en Medellín en 1975. Educado en la academia pública hasta graduarse de
ingeniero mecánico en 2001. En la actualidad reside en las montañas del suroeste
antioqueño. Autor del libro: «101 relatos cortos – la resolución del vigor» 


RELATO: ESPECTRO

Un espectro está rondando hace días en mi casa. Siento su presencia, ¿o será
más bien su ausencia? De apariencia no tiene nada que envidiarle a un maniquí
de boutique. Y creo que también pasa lo mismo con su interior: está lleno de
vacío. Lo que he podido decodificar de sus exclamaciones – semejantes a esas
ondas de radio que llegaban hasta mis oídos compitiendo por una misma
frecuencia, montándose la una sobre la otra, distorsionándose así los mensajes
que trataba de descifrar cuando era un niño- es que empezó a desfigurarse
cuando dejó de creer en sí mismo y puso su fe en las instituciones. Se llenó
excesivamente de tecnología en su diario vivir y el dinero lo atragantó de futuro
antes de tiempo – porque así es como transa la moneda con aquel que no vive
intensamente el presente-. Se fue deteriorando, empezó a perder sus facultades
corporales. Se le olvidó empuñar un lápiz, luego amarrarse los zapatos. Al final
estaba lleno de cosas ocupando el espacio de su casa y su mente fue dejando ese
cuerpo de forma gradual, hasta olvidar por completo cómo se usaba cada una de
ellas. Ya perdió la capacidad de tener una conversación con alguien, y la
imaginación llegó a ser para él algo que se compraba incorporado en una
máquina. No sé qué piensas tú que me estás leyendo, pero a mí me aterra saber
que a eso estamos llegando los seres humanos y que además los fantasmas son
cada día más jóvenes.

CONSTANZA EUGENIA MUÑOZ F.

Nacida en Cali, Valle, Colombia. Magister en Educación, narradora y poetisa. Autora de la novela La Cigarra, Libro de cuentos, Bodas de Ilusión y de Poemas y Los Cantos de la Cigarra (2023) coautora en Antologías Mujeres poetas de Antioquia y el Centro literario Antioquia. Libro de poemas inéditos: Espejismo y Realidad. Miembro del Gremio Poético Colombiano, Remart y Centro Literario Antioquia y cofundadora del Colectivo, Uni-verso, tinaja de palabras, 2016.
Reconocimientos, en Baigorria, Argentina (2019). Villa Alemana, Chile (2016). Diploma de honor, Miami, EEUU, 2015, Cove/ Rincon. Diploma de honor, Trujillo, Perú, 2014, Festival internacional de Arte y Cultura, premio en Punta del Este (Uruguay), medalla de honor por mejor ponencia literaria, 2013. Autora del Himno de la Institución Educativa Federico Sierra de Bello, Antioquia, Diploma, por creación literaria (2009), en Bello, Antioquia.

RELATO: SUEÑOS DE PAZ

Dibujé entre las nubes
con mis ojos abiertos,
la paloma más blanca
en colores de cielo.
Dibujé entre las nubes,
mis más grandes secretos,
los deseos que el alma,
necesita en silencio.
Dibujé la paz toda,
de una nación y un pueblo,
he pedido en mis rezos
la justicia del cielo;
que llorando redime
el dolor de sus huérfanos;
con banderas suplica,
la libertad, sus sueños.

Dibujaba a los niños
Inocentes, sus versos:
“¡unos padres sin guerra,
los juguetes, sus cuentos!
Caminando tan libres,
como el vuelo del viento,
jugando entre los árboles,
esperando el regreso
de la paz que escondida,
espera en el silencio

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