Año viejo que te vas

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El 2023 ha sido para los colombianos un año verdaderamente atípico, sobresaltos en materia de gobernabilidad, altibajos en la economía y la seguridad, poco valor adquisitivo para suplir los gastos de la canasta familiar, por lo que, en muchos casos, en vez de avanzar hemos retrocedido; lamentablemente sabemos muy bien que hay hogares en nuestro país que si desayunan no almuerzan.

La inflación ha sido la que más nos ha perjudicado sumado a ello la inseguridad en pueblos y ciudades, y la exclusión social y económica, los cuales han sido factores que han alimentado el fenómeno de la violencia, por lo que no puede haber paz sin correctivos efectivos con respecto a la exclusión. La tardanza de dar respuesta positiva sólo beneficiará a la ley del más fuerte en los territorios y será, si no detenemos esto, el caos para nuestra amada patria.

Es indispensable construir la paz como un factor de cambio y de afirmación ciudadana. Es permitir que la democracia y la participación social, económica y cultural se tornen en un nuevo modelo de educación y comunicación, modelo que debe representar, en forma permanente, la diversidad y la realización del individuo como constructor de un nuevo país.

La paz no tiene sentido si no es un derecho de todos los seres humanos, además es también el derecho a una vida con dignidad, poder disfrutar de un medio ambiente sano, poseer un nivel cultural adecuado, contar con un empleo estable, el derecho a actuar en grupo sin temor a represalias y el que los gobernantes sean cumplidos, honestos y dignos de sentarse en los puestos de mando para disfrutar en paz con sus gobernados.

Que este final de año sea para reflexionar sobre nuestra condición humana y nuestro deseo como nación de tener una paz verdadera y duradera que nos conduzca a la prosperidad que se clama con todo fervor.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2024, apreciados lectores.

Por Héctor Mario Hurtado Díez.

Director – Fundador

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