La tercera guerra mundial

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La Tercera Guerra Mundial no será entre Estados Unidos y China o la Unión Europea contra Rusia. Va a ser entre el hombre contra el perro. Al comienzo no será cruenta pero en la fase final se impondrá la violencia para dirimir el conflicto. No habrá posibilidad de negociación o acuerdos de paz. Será una guerra definitiva y la va a ganar el perro que se convertirá en la especie dominante del planeta.

El perro ha ido ganando un espacio peligroso de dominio y el hombre ha sido tan ingenuo que no ha podido advertir el peligro y cada vez se pliega más ante quien va a ser su destructor. Sin armas nucleares ni inteligencia artificial, con solo mover la cola y lamer a su amo, dominó por completo al hombre, siempre tan desconfiado y violento con sus propios congéneres.

Esa Tercera Guerra tendrá sus aspectos positivos porque no habrá destrucción de ciudades ni de infraestructura, pero será más grave porque convertirá a toda la especie humana, con su gran capacidad y experiencia, en esclava de los caninos.

De hecho, esa Guerra ya empezó. Ya está teniendo un grave impacto sobre la vida del hombre. El hombre atiende primero al perro que a su mujer. Son más importantes los perros que los hijos. Está decreciendo la población humana para dar cabida a los perros y atender de manera más generosa sus necesidades.

Alrededor del perro se está creando una extensa y moderna red de servicios que afirmará su poder sobre el hombre: peluquerías, clínicas, atención psicológica, odontología, guarderías, servicios exequiales, seguros, etc. En fin, servicios que ni siquiera son accesibles para todos los hombres ahora están disponibles para los perros en forma gratuita. Los perros se convertirán en los amos y todo el trabajo del hombre se orientará al servicio de las necesidades caninas.

Hasta ahora no ha habido mayor violencia por la astucia del perro que ya descubrió que su poder está en el movimiento de la cola y su lamer constante. El perro sabe que no puede mostrar sus dientes por ahora para no crear desconfianza, pero en su momento lo hará y destruirá al hombre.

Lo va a destruir volviéndolo más sumiso, más esclavo, más derretido con las exigencias de su perro. Los papeles se invertirán y el poder canino será reconocido como el amo. Las pocas parejas que se decidan a tener hijos lo harán para darle una mascota a su perro.

El cambio evolutivo más importante que se está dando en la sociedad del siglo XXI es el desarrollo del cerebro del perro que, de tanto interactuar con el hombre, está modelando sus capacidades cerebrales que se pondrán al servicio de esta guerra para dominar al hombre. Quizás no llegue a hablar ni a caminar en dos patas, pero su astucia se afinará, su poder convertirá al hombre en un ser derretido ante sus exigencias.

Bien caro va a pagar el hombre su recelo para relacionarse con los de su especie. Nunca confío en los demás, se apartó de ellos para refugiarse en pantallas de celular, y con el cuento de que el perro era el mejor amigo del hombre se entregó como esclavo a esos animales.

El día en que el hombre quiera sacudirse de ese yugo será tarde. El perro lo destruirá y no tendrá ninguna gratitud con quien lo elevó de categoría social sin medir las consecuencias de su proceder.

Por: Raúl Vélez A.

Raúl Vélez Arredondo es sociólogo. Nació en Andes, Antioquia en 1955. Reside en el municipio de Envigado. Trabajó en los Ministerios de Agricultura y Comunicaciones. Su interés principal ha sido construir un relato literario con personajes ubicados en el contexto político y social colombiano.
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